Leer no es un sucedáneo ni un sustituto de la vida, sino una
forma de vivirla. Implicados en la modificación del mundo existente, leemos
alentados por la curiosidad, que es curiosidad de transformación. Para empezar,
de uno mismo. Al leer reabrimos posibilidades hasta el punto de
diversificarnos, de divertirnos. Leer acerca de la lectura es, para algunos,
redundante; para otros, una necesidad reflexiva. Este libro nos convoca a
hacerlo y es un compromiso en un tiempo en el que no faltan quienes encuentran
más fecundo ocuparse de otros menesteres. Sin embargo, vivir entre libros, en
un ámbito de pensamiento, de estudio, de enseñanza, de ensayo es bien
compatible con cultivar la poesía, leer novelas y, sobre todo, ver ya con ojos
de lector alguien que elige y selecciona. Desde esta pasión por la lectura, por
los libros y por las nuevas formas y modalidades de leer, Ángel Gabilondo nos
ofrece, en textos breves, consideraciones, perspectivas, análisis y miradas que
confirman que estamos ante una reivindicación de la acción de leer que impregna
nuestra vida cotidiana y resulta liberadora.
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