random

sábado, 24 de septiembre de 2016

Deleuze / Michael Hardt


Ya existe una generación formada en el pensamiento de Deleuze –recordemos la premonitoria frase de Foucault “El siglo que viene será deleuziano”–, que ha desarrollado un nuevo gusto por la filosofía y un particular modo de entenderla. En ese sentido, no parece casual que Michael Hardt, coautor junto a Toni Negri de Imperio, se haya interesado por la obra del filósofo francés –de escaso arraigo en el establishment filosófico norteamericano–, puesto que su filosofía reverbera con particular intensidad en el pensamiento político. El gesto de Hardt –un ajuste de cuentas con sus pares estadounidenses, que trabajan fundamentalmente en el campo de la filosofía analítica– resulta en una obra de enorme valor. Pues, con paciencia y rigor intelectual, rastrea la vigorosa línea de desarrollo del pensamiento deleuziano, que no puede concebirse sin tres grandes referencias: Bergson, Nietzsche, Spinoza. La ontología bergsoniana, la ética nietzscheana y la práctica spinoziana son los tres grandes pilares sobre los que se asienta la obra de Deleuze, el material para su propia formación y aprendizaje. Y aquí Hardt, con análogo gesto de aprendiz, se sirve de la obra del filósofo francés para mostrar que la historia de la metafísica no ha muerto y que contiene potentes alternativas radicales que aún persisten con vitalidad en los problemas contemporáneos que enfrentamos. 



0 comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tus palabras